Estoy enamorada

Estoy enamorada. No lo puedo evitar, se me nota y ni puedo ni quiero ocultar mi amor.

Desde la primera vez que le vi, supe que este amor durará hasta el último día de mi vida. Le quiero tanto, y él también me quiere a mí…lo sé, lo noto…

¡Me hace tan, tan feliz y es tan, tan guapetón y es tan tan divertido! Se hace querer el “sinvergüenza”. Cada día pienso en él, eso es amor ¿no?, pues lo que digo…ESTOY ENAMORADA. 
 

Compartir sus risas, sus avances, sus logros… me hace sentir sumamente afortunada… Es el bebé más bonito del mundo. Es el sobrino más precioso del mundo.

 

Hace ya casi ocho meses que vivo este amor, y me tiene loquita. Ser tía es maravilloso, es, sin duda, la mejor experiencia de mi vida.

Este loco bajito ocupa mi corazón de una forma que es imposible medir o calcular. Le quiero de aquí al infinito… ¡y volver!

Cada vez que le veo me quedo como tonta, hipnotizada, no puedo ser más payasa, no quiero soltarlo, ¡que nadie me lo quite!

Me encanta cuando lo tengo en mis brazos y me mira atentamente, como examinándome, como reteniendo en su memoria cada milímetro de mi cara, (yo creo que ya sabe que soy la tita).

 

 Me vuelve loca cuando me coge el moflete y me hace pedorretas, cuando me tira del pelo intentando dormirse, me emociona cuando me hace esa media sonrisa cuando llega a casa cada mañana, me ilusiona el pensar que dentro de poco empezará a gatear y tendremos que despejar el salón, se me eriza el vello al pensar la carita que pondrá en cada Cabalgata de los Reyes Magos, me alucina imaginar volver a verle vestido de Aragonés…

 

Me siento MUY ORGULLOSA  de ser tiía de este niñito y muy AGRADECIDA a su papá y a su mamá por hacerme partícipe de esta manera tan especial, desde el principio, desde el día que me comunicaron con una foto de ellos y un predictor, que iba a ser tía. Gracias.

Me gusta mucho cantarle, estrujarle, besarle, acariciarle… ¡ay mi tete guapo! ¡ay mi tete lindo!... 

El amor de tía es maravilloso, un amor dulce, tranquilo, sencillo. Un amor que perdurará siempre, porque siempre voy a estar ahí para él, para el niño de mis ojos…

 

Adivina cúanto le quiero…