Suelo salir cada sábado con mi grupo de amig@s a tomar algo
y después a cenar. En mi ciudad están promoviendo “EL TARDEO” ; salir de
caña-tapa el sábado al mediodía hasta las seis de las tarde, y de ahí a tomar
una copa, o las que se tercien…hasta que el cuerpo aguante.
Por culpa del tapeo, o del destino, el sábado pasado, tuvimos
la suerte de no encontrar sitio en ninguno de los pubs a los que
fuimos, y nos dirigimos a una cafetería-bar a la que solemos ir a cenar, esta
vez con la intención de tomar algo y hacernos un bocadillo rápido.
Cuando digo tuvimos la suerte de no encontrar sitio, es porque para mí, fue una suerte ser atendida por ese camarero que nos había
atendido muchas otras veces. Pero aquel día fue diferente.
El chico es un maestro de la hostelería, y con su acento y
desparpajo, en un momento ya nos había convencido que la mejor decisión sería
pedir unos calamares del día,” fresquitos, reina” y un entrecot de 12 euros que
ni a los viejitos de la mesa vecina, se les iba a mover la dentadura al
masticarlo.
Entre risas, le dijimos ¡que
te aumenten el sueldo!, y con mirada seria nos dijo: “No, yo tengo el dinero que
necesito para que mi hijo vaya al colegio, esté bien abrigado y no le falte de
comer”.
Y es que, no es más rico el que más tiene, sino el que
menos necesita…
Sólo uno sabe si es feliz o no con lo que tiene. La mayoría
de personas vivimos pensando en poseer cosas que creemos que nos van a ayudar a
sentirnos mejor. Y la realidad es que esas cosas, duran lo que duran.
Funcionamos como marionetas del consumismo asqueroso que nos rodea y que tiene
tal posesión sobre nosotr@s que a veces llegamos a ser tan asqueros@s como él
mismo.
Muchas veces me paro
a pensar, en todas las cosas que tengo, en todas las cosas que deseo, en todas
las cosas con las que sueño…y me doy cuenta, que para ser feliz no necesito demasiado, y aún así, sigo "luchando" por conseguirlas. ¿Qué más
dará tener una casa con terraza o no, si
cada noche tenemos una cama donde dormir?¿Qué más dará tener un coche grande o un coche pequeño, si el que tenemos nos lleva donde queremos? ¿Qué importará tener un alto cargo en
el trabajo si al final del día no tenemos tiempo para pasarlo con las personas
que queremos, o para leer un libro, o para hacer una llamada de teléfono a tu
abuela?... Creo que podemos ser felices
con muy poco, y muy infelices con mucho. Y es que el dinero no da la
felicidad… aunque nos empeñemos.
Valdrá la pena valorar
lo que tenemos, y vivir, vivir tranquil@s…que la vida son dos días, y uno está
lloviendo.
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