Ayer volví
a releer uno de los libros más bonitos y entrañables con los que me he
encontrado nunca.
Está
enfocado a lectores de 8 a 12 años, pero pienso que la autora se “equivocó”
puesto que es un libro que toda persona adulta debería leer para poder
transmitir a los más pequeños todos los valores que en el libro se viven.
Es
un libro de valores, de sentimientos…y es que tenemos tantas cosas y hemos
perdido otras muchas…
El
libro me recuerda un poco a mis experiencias vividas en Marruecos, o más bien,
a las experiencias de otras personas y
vistas y admiradas por mí.
Será
porque allí no tienen lo que aquí tenemos y aquí no tenemos lo que allí tienen,
ojalá (Incha2lah). Lo de compartir plato, respetar a los mayores, coser un
pantalón roto, jugar con tapones a las damas…
Agadir |
Todo eso aquí ya no se lleva, o
al menos yo no lo veo. Nos empeñamos en tener más y más y más…y si puede ser,
que sea lo mejor y que nos lo den hecho. Y realmente, no tenemos nada. Si no somos
capaces de valorar lo que poseemos y lo que cuesta conseguirlo…apaga y vámonos.
Y
es que valorar es elegir, valorar es aceptar, valorar es rechazar, pero cada
una de esas elecciones, aceptaciones y rechazos tienen consecuencias y han de
ser asumidas. Estoy cansada de ver a niñ@s reclamando a sus padres cosas
innecesarias para ellos y que finalmente son dadas, ¿a cambio de qué? De nada.
Obviamente,
los valores no pueden imponerse ¡ni mucho menos!, pero deben fomentarse desde
la familia, la sociedad y la escuela. Es un error, preocuparse desde la comunidad
educativa (familias y docentes) en que los alumn@s alcancen los contenidos, sin
contemplar todo lo demás. Estamos haciendo un flaco favor a nuestro futuro… y me da
pena.
“EL
LUGAR MÁS BONITO DEL MUNDO” cuenta la historia de Juan, un niño que vive en
Guatemala, tiene siete años y su madre le abandonó por ir a vivir con un “señor”.
Su abuela le acogió y trabajan para poder vivir. Sin embargo, él quiere algo más:
aprender a leer.
El libro nos muestra la cruda realidad vivida por muchos niños y niñas
en el mundo; vivir en la calle, no asistir al colegio, no tener demasiado que
llevarse a la boca, abandono tutelar… y como son capaces de enfrentarla y superar cada
obstáculo que se le presenta, en este caso a partir de la visión de un niño .
El libro, deja
con las ganas de esforzarse para hacer las cosas lo mejor posible, y para que
salga bien, y así sentirnos orgullos@s de nosotr@s mismos y de lo que hacemos,
sin temor a nada ni a nadie y poder disfrutarlo allá donde nos encontremos, en
el lugar más bonito del mundo, sea donde sea.
Recomiendo la
fácil lectura del librito, a grandes y no tan grandes 100%. A ver si nos
concienciamos de que hay algo que no estamos haciendo bien.
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