En la
primera reunión del curso, los familiares de mis alumn@s se apuntaron en un
listado indicando la actividad que les gustaría venir a compartir con nosotr@s,
y según el proyecto que estemos estudiando las adaptamos. Me encanta cuando
vienen por varios motivos, deben ser conscientes de la importancia que tienen en
la escuela, sin ell@s no podríamos funcionar, deberían estar muchísimo más
presente de lo que están, además, es@s hij@s que esperan ansios@s a su mamá o a
su papá, o al abuelito o abuelita… les llena de orgullo y satisfacción como diría
alguno…
Soy de las
muchas que piensan que antes de llegar a los contenidos y objetivos marcados
por la Ley, debemos trabajar la persona, según se forme ésta, llegará a
ser de una forma u otra, el resto, llegará. El trabajo de los sentimientos en el aula es primordial,
así que cuando la mamá de una de mis alumnas me propuso la idea de contar el
cuento EL MONSTRUO DE COLORES, de Anna Llenas, de la editorial
Flambollant, no me pude negar.
“El Monstruo de Colores no sabe qué
le pasa. Se ha hecho un lío con las emociones y ahora le toca deshacer el
embrollo. Una historia sencilla y divertida, que introduce a pequeños y a
mayores en el fascinante lenguaje de las emociones”
Trajo un
monstruo hecho de tela, a modo de peluche con lazos de colores alrededor de su
cuerpo. Cada lazo significaba una cosa;
·
azul:
la tristeza
·
rosa:
el enamoramiento, el amor
·
rojo:
el enfado
·
verde:
la tranquilidad
·
negro:
el miedo
·
amarillo:
la alegría
Entre tod@s,
reflexionamos sobre todas estas emociones, y ayudamos al monstruo a resolver
sus conflictos y metimos cada lazo en un tarro de cristal.
A partir de
ahí, construimos poco a poco el rincón de los sentimientos donde cada día
resolvemos nuestros problemas, conflictos, expresamos lo que sentimos… colocamos
nuestro nombre en el tarro del color correspondiente según el estado de ánimo
de cada un@, y explicamos el porqué.
En el rincón
tenemos también botellas de agua con purpurina, para moverlas y observarlas
cuando estamos nervios@s, y poder relajarnos, papel de periódico para romperlo
cuando estamos enfadad@s, una colchoneta donde poder estar tranquil@s, el
monstruo de peluche para abrazarlo…
Está funcionando
muy bien : estamos aprendiendo a no esconder nuestras emociones, a
conocerlas y expresarlas sin vergüenza, sin temor, a sentirnos mejor, a contar
nuestros miedos y lo más importante a superarlos. A abrazar cuando alguien nos
necesita, a escuchar…
Y es que como dijo Mario Benedetti... “Uno tiene en sus manos el color de su día”
Y es que como dijo Mario Benedetti... “Uno tiene en sus manos el color de su día”
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