Ella es Bea, la semana pasada después de entablar una bonita conversación, descubrí que teníamos una cosa en común; un trocito de nuestro corazón lo dejamos por África, su experiencia me pareció preciosa y no pude contenerme al pedirle que la escribiera para el Blog, no me costó convencerla, aquí os dejo una pincelada de su historia... gràcies!!!!!!
"Etiopía, Argelia y Egipto son algunos de los países donde he
dejado un trocito de mi corazón. Cuando cierro los ojos recuerdo aquellos ojos
negros que me miraban atentamente cada día y que tantas cosas me enseñaron.
Cuando pones los pies por primera vez en África todo te
parece desorden, suciedad y caos. Un caos al que misteriosamente te adaptas y
te atrapa.
Enseguida te das cuenta que hemos perdido muchos de los
valores que nos hacen humanos. La envidia, el egoísmo, la hipocresía, la falta
de confianza no existen en Etiopía. Las sonrisas, los abrazos y las palabras
afectuosas son el día a día. No existe el interés propio y si me encontraba
acompañada de un etíope que había conseguido algo de comer, antes de comer él
me lo ofrecía a mí.
Mi viaje a Addis Abeba me cambió la vida y me llevó a
Argelia, donde tengo a mi segunda familia. Mohamed Larosi siempre se dirige a
mí como su mamá española y como no, yo hacia él como mi niño saharaui. Viven el
día a día con pausa, sin estar pendientes de los relojes, disfrutando del
tiempo y del regalo de la vida.
Sólo tengo palabras de agradecimiento a todos mis niños por
compartir conmigo su cariño, sus abrazos y su alegría de vivir, que muchas
veces me dan la fuerza necesaria para poder seguir viviendo en este mundo.
Espero que el destino me lleve de vuelta algún día con
vosotros, y que nuestra presencia os de la fuerza necesaria para poder
continuar con vuestra interminable lucha por la vida, pues por desgracia la
hambruna, la pobreza, el sida y la malaria matan a los etíopes y necesitan de
la ayuda externa para sobrevivir, como tantos otros países africanos."
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