Si lo que estás buscando es hacer una escapadita, te
recomendaría ir a Oporto.
La ciudad es sin duda preciosa, acogedora y apta para todo
aquel que como yo, vaya huyendo de los museos y exposiciones (si hay que ir se
va, pero si me dan a elegir, prefiero patear la ciudad e ir descubriendo cada rincón, para
gustos colores). No vayas con la idea de que es barata, es un poco más económica
que España, pero sólo eso, un poco.
Si vas a viajar a esta ciudad Portuguesa, hay algunas
cosas y lugares que sería “pecado” perderte y no hacer…
Caminar, patear,
recorrer, descubrir la ciudad, eso es lo que más barato te va a resultar, Oporto es
ciudad de caminantes, y sobre todo el centro histórico que por algo es
Patrimonio de la Humanidad. Esos tendederos con
ropa, esas sombrillas en los balcones, los colores, las bicicletas belle
époque, las cabinas telefónicas, los comercios anunciando sus productos con escritos en los cristales,
la calle de las flores, las costeras, las vespas…
La comida… prueba todo aquello que nunca hayas
probado, sin perderte la cazuela de pulpo horneado acompañado de patatas y el
arroz meloso de marisco del Restaurante Postigo do Carvâo y como no las famosas
francesinyas a poder ser en el Restaurante donde mejor las hacen: #Santiago. Y si lo
tuyo es el dulce no te vayas sin probar los pasteis de nata típicos de la zona.
La bebida… no me gusta el vino (¡qué le vamos
a hacer!) pero sí la sangría, y he de confesar que no he probado en mi vida una
sangría de frutos rojos mejor que la de #Café Majestic, un lugar que traspasa
la barrera del tiempo presidido por un piano de cola preciosísimo…
La librería Lello… cerca de la Torre de los Clérigos, de
obligatoria parada, hay que hacer una larga cola para comprar un ticket y poder entrar al lugar donde la autora de Harry Potter se inspiró
para la saga. Tiene una escalera central impresionante y unas estanterías repletas de libros de
cualquier temática, se puede hacer fotos en el interior, en compañía eso sí,
porque no hay un metro en esta librería en el que poder hacerte una foto “a
solas”. Demasiada gente (para mi gusto).
El atardecer de Oporto desde La
Ribeira mientras tomas una copa de vino, sangría… o ver caer el sol en el centro del
impresionante Puente de San Luis I (que
parece la Torre Eiffel pero acostada o por lo menos eso dicen l@s que han estado en la ciudad del amor),
también desde El mirador de la Catedral de Sé y aprovechar para entrar a la Catedral de entrada gratuita.
Dicen que desde el teleférico las vistas son maravillosas,
habrá que volver para comprobarlo.
La estación de tren de
Sao Bento… es como estar
dentro de un cuadro, repleta de azulejos representando la historia de Portugal.
Salir de fiesta, hay diversidad de garitos y de
diferentes estilos de música (la música española- latina suena bastante, parece
que últimamente la Macarena estaba de nuevo de moda). Las copas, cuestan
alrededor de unos 7 euros (según lo que tomes, claro está)
Dar un paseo en el
antiguo tranvía (la maquinista deja mucho que
desear, antes de salir de su casa deja olvidada la simpatía, la amabilidad…) durante
el trayecto pasas por calles en las que es fácil tocar con la mano los
productos expuestos en algunos comercios.
Darte un baño en el
Atlántico. El agua
está tan fría que el baño es más bien un chapuzón rápido que otra cosa. La arena
es especialmente bonita, de piedrecitas de colores que van cambiando de color
según el sol. Hay chiringuitos “ibicencos”
a pie de playa amenizados por música pop actual, puedes probar la
limonada de Oporto, que es hielo, azúcar y limón exprimido ;)
El crucero por el Río
Duero donde relajarte y disfrutar del paisaje… recomiendo abrigarte porque
aunque la velocidad no es excesivamente rápida, el viento puede molestar.
No te preocupes por el idioma, todo el mundo habla
castellano, y el portugués es muy entendible, la gente es muy amable y la
ciudad es muy fácil de conocer. Ponte zapato cómodo, ve con la mejor compañía y a disfrutar.
¡¡¡Buen viaje!!
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