Nunca he tenido demasiada fuerza de voluntad ni para las
dietas ni para el deporte, las cosas como son. He hecho alguna dieta que otra y
aunque daban su resultado, nunca las he acabado. De la misma manera he sido
"socia protectora" de algún que otro gimnasio, eso de
hacer abdominales, sentadillas, correr en la cinta y demás actividades físicas,
no me motivan nada. Pero si hay música de por medio, la cosa cambia, y soy
capaz de hasta volverme loca, y lo digo seriamente.
De siempre me ha gustado bailar, no soy profesional del
baile, no tengo idea de los pasos correctos, pero si me pones música, te bailo lo que sea… lo que
sea bailable. ¡Que se me va el cuerpo vamos!
La música junto con
el baile tiene tantos beneficios…
Bailando quemo calorías, evidentemente no es lo mismo bailar
un vals, que una salsa; cuánto más intenso y rápido sea el baile mucho mejor.
Estimulo el cerebro, pues tengo que intentar coordinar
manos, pies, cabeza… y fácil no es, al menos para mi.
Además de hacer ejercicio físico cardiovascular, de aumentar
la flexibilidad y la capacidad pulmonar, de educar hábitos posturales, de
ayudar con el maldito colesterol, prevenir la artrosis… y un estupendo entretenimiento, el baile es un
modo de relacionarme con otras personas y otras culturas.
Mientras bailo soy más feliz, estoy de mejor humor y
combato el estrés, ¡desprendo muchas endorfinas! y duermo plácidamente.
Disfruto bailando, mi sentido del ridículo en este aspecto
hace tiempo caducó, así que me da igual hacerlo bien o mal, que me miren o no
me miren, yo imagino que soy Jennifer Grey en "Dirty dancing" y no hay quien me
pare.
Hace poco más de un año descubrí el ZUMBA. Y fue un descubrimiento indescriptible, ya que es un estilo que
mezcla el baile con el ejercicio, es una fiesta del acondicionamiento físico, y
estoy totalmente enganchada. ¡Pruébalo!, ahora está muy de moda.
Si quieres soñar con los pies…baila.
Bad Vodoo |
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