Tu destino está escrito...que lo sepas

Si hay una palabra en árabe que me encanta sin lugar a dudas es

Maktub.
 

Maktub significa “está escrito”. Pero, ¿el destino de cada un@ lo llevamos ”escrito” desde que nacemos, o en realidad somos capaces de cambiarlo con cada movimiento de ficha que hacemos?, porque cada movimiento nos lleva sin lugar a dudas a un sitio, a un momento…

La vida está llena de piedras, de montañas de valles… y todo nos lleva al final del camino…esté escrito o no.

Hace unos días encontré por Internet “La leyenda del hilo rojo”. Es una leyenda oriental que dice, que las personas que están destinadas a conocerse, tienen un hilo rojo atado a sus dedos. Da igual el tiempo que se tarde en conocer a esa persona, y el lugar en el que se viva. El hilo rojo nunca desaparecerá y se estirará hasta el infinito y más allá!! Pero nunca se romperá. 

 

Cuenta la leyenda, que el abuelo de la luna, sale cada noche a ver a los recién nacidos, para atarles ese hilo rojo. Así que, según esta bonita leyenda, llevamos el hilo bien atado desde el mismito momento que vinimos al mundo y que se tensará o se encogerá en función de nuestro recorrido, a lo largo de toda nuestra vida. ¿Maktub? 

La leyenda dice tal que así;

"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con un bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."