“Una hermana es para siempre”, jamás una afirmación ha sido tan
exacta. A lo largo de la vida nos encontramos con muchas personas que pasan a
formar parte de nuestra vida, de una forma u otra, y que por diferentes
motivos, elegirán un camino diferente y se marcharán, pero una hermana…está hecha para quedarse.
Claro está
que hay hermanas y hermanas al igual que hay personas y personas, pero mi hermana “pequeña” es especial. Aunque
no lo parezca, la mayor soy yo, (hay personas que se conservan mejor que otras,
sin ánimo de ofender a nadie) a ver si vamos a acabar mal…
Desde bien pequeña ya sabía yo, que esta relación no iba a
ser normal, que llegar una hermana en mi
vida, iba a ser el mejor regalo que mis padres me podían hacer.
¡Tengo tantos recuerdos bonitos de mi infancia! Y todos son
con ella. ¡Lo hemos pasado tan bien! A medida que hemos ido creciendo como
personas, nos hemos ido conociendo y aceptando tal y como somos; tan distintas y
tan parecidas a la vez…
Mi hermana siempre está ahí, a pesar de las diferencias, más
allá de las ideologías y de los años que nos separan… siempre está. En las buenas, pero sobre todo en las malas, que
son las que más duelen… Porque el amor de hermana no tiene sustituto, porque me
conoce tal y como soy, porque me acepta a pesar de todos mis fallos, porque
posiblemente pensará que “no le queda
otra”, pero siempre está conmigo. Sólo tengo que dar un “silbidito”, y
aparece como de la nada, cerquita, tan cerca como mis pies y mis manos…
Momento inolvidable |
Con ella, cerca o lejos nunca me siento sola, porque mi
HERMANA es la única persona con la que puedo ser yo misma, sin adornos…MI
CÓMPLICE.
Con mi HERMANA tengo tal complicidad que sobran las palabras
para saber lo que estamos pensando; un gesto en el momento adecuado, y ya está,
nada más.
Ella es la persona de quien acepto la crítica, la que me
dice las cosas que no quiero escuchar…Es mi opuesto y mi complemento, tan diferente a mí y tan
parecida a la vez.
Es una sensación extraña la de quererla tanto y al mismo
tiempo querer retorcerle el “gaznate”.
Gracias a mi HERMANA PEQUEÑA, por todo... absolutamente todo; por las risas, por
los llantos, por tus canciones, por tus consejos, por tus enfados, por tus
cabezonerías, por romperme una percha en la cabeza…
“Choca esos cinco
Salta la valla
Te pego un puñetazo en toda la cara
Eeee uh! Ah!
Dilín dolón
Dilín dolón
Dilín dolón, ehhh!!!!”
Te quiero a rabiar...
QUE BONITO Y QUE RAZÓN TIENES. UN HERMANO ES LA MEJOR HERENCIA QUE NOS PUEDEN DEJAR NUESTROS PADRES.
ResponderEliminargracias, me alegro que te guste!
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