martes, 27 de septiembre de 2016

Adivina cuánto les quiero???


No me gusta hablar de las personas sin antes conocerlas, y ahora que ya son varios meses de conocimiento, puedo hablar de él.


Es mi sobrino, el segundo de ellos, cuando me enteré que estaba en camino, tuve un sentimiento de duda: ¿Le podré querer tanto, tanto como quiero a su hermano? Y la respuesta la obtuve justo cuando le conocí. No le quiero más, ni menos, cada uno de ellos tiene un amor especial,  a los dos les amo con toda mi alma, y a los dos les amo de forma diferente, ni más, ni menos… diferente. No sé cómo explicarlo con palabras, surgió en mi un nuevo amor, un cariño nuevo…

Antes de su llegada, su hermano ocupaba mucho espacio en mi corazón y ahora, creo que mi corazón ha aumentado de tamaño, porque caben los dos de una manera brutal.

Va a ser el niño más simpático del mundo, y no es porque yo sea su tía favorita (que lo soy), es que ya se le ve, se ríe de todo, pero no tiene una risa de esa vergonzosilla, de media mueca, no, no, mi niño es un descarado, se ríe a carcajada limpia en tu propia cara, nos ha salido sinvergüenza. Cuando más me gusta verle reír es cuando su hermano mayor le hace muecas y tonterías para sacarle la sonrisa, que foto más bonita.

Es un renacuajillo muy tranquilo, eso dice su madre y su padre, pero este  va a dar que hablar, tiempo al tiempo (tiene a quien parecerse).

Me apetece que se haga un poquito más mayor para verle corretear por la casa, para escucharle parlotear y que me derrita el corazón cuando me diga “tita”, jugar con su hermano, pelear, ir de excursión, a la piscina… todo llegará.

Pienso consentirles todo, por mucho que se queje su madre, he leído por ahí que las tías y los abuelos están para consentir, y yo no pienso ser menos.

Estoy orgullosa, y lo digo bien alto, porque tengo a los sobrinos que siempre soñé tener, y estoy feliz de ver cómo van creciendo, y de ver las maravillosas personas en las que se van convirtiendo, y no quepo en mí.

El amor de tita es maravilloso, un amor dulce, tranquilo. Sencillo. Un amor que perdurará siempre, porque siempre voy a estar ahí para ellos, para los niños de mis ojos.

Adivina cuánto les quiero…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar!!