jueves, 5 de febrero de 2015

MONSTRUO

En la primera reunión del curso, los familiares de mis alumn@s se apuntaron en un listado indicando la actividad que les gustaría venir a compartir con nosotr@s, y según el proyecto que estemos estudiando las adaptamos. Me encanta cuando vienen por varios motivos, deben ser conscientes de la importancia que tienen en la escuela, sin ell@s no podríamos funcionar, deberían estar muchísimo más presente de lo que están, además, es@s hij@s que esperan ansios@s a su mamá o a su papá, o al abuelito o abuelita… les llena de orgullo y satisfacción como diría alguno…
Soy de las muchas que piensan que antes de llegar a los contenidos y objetivos marcados por la Ley, debemos trabajar la persona, según se forme ésta, llegará a ser de una forma u otra, el resto, llegará. El trabajo de los sentimientos en el aula es primordial, así que cuando la mamá de una de mis alumnas me propuso la idea de contar el cuento  EL MONSTRUO DE COLORES, de Anna Llenas, de la editorial Flambollant, no me pude negar.
“El Monstruo de Colores no sabe qué le pasa. Se ha hecho un lío con las emociones y ahora le toca deshacer el embrollo. Una historia sencilla y divertida, que introduce a pequeños y a mayores en el fascinante lenguaje de las emociones”
Trajo un monstruo hecho de tela, a modo de peluche con lazos de colores alrededor de su cuerpo. Cada lazo significaba una cosa;
·        azul: la tristeza
·        rosa: el enamoramiento, el amor
·        rojo: el enfado
·        verde: la tranquilidad
·        negro: el miedo
·        amarillo: la alegría 
Entre tod@s, reflexionamos sobre todas estas emociones, y ayudamos al monstruo a resolver sus conflictos y metimos cada lazo en un tarro de cristal.
A partir de ahí, construimos poco a poco el rincón de los sentimientos donde cada día resolvemos nuestros problemas, conflictos, expresamos lo que sentimos… colocamos nuestro nombre en el tarro del color correspondiente según el estado de ánimo de cada un@, y explicamos el porqué.

 
En el rincón tenemos también botellas de agua con purpurina, para moverlas y observarlas cuando estamos nervios@s, y poder relajarnos, papel de periódico para romperlo cuando estamos enfadad@s, una colchoneta donde poder estar tranquil@s, el monstruo de peluche para abrazarlo… 
 

Está funcionando muy bien : estamos aprendiendo a no esconder nuestras emociones, a conocerlas y expresarlas sin vergüenza, sin temor, a sentirnos mejor, a contar nuestros miedos y lo más importante a superarlos. A abrazar cuando alguien nos necesita, a escuchar…

Y es que como dijo Mario Benedetti... “Uno tiene en sus manos el color de su día”

 



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